La organización sin ánimo de lucro de ‘Amigos de la Tierra Internacional’ es la más importante del mundo en el ámbito medioambiental, y su evolución ha sido meteórica desde los últimos años.
Nació como una federación, en 1971, fundada por cuatro organizaciones de países europeos, Francia, Suecia, Inglaterra y Estados Unidos. En esos años, consistía en reuniones anuales de expertos ambientalistas de diferentes países en las que se acordaba realizar campañas unitarias sobre determinados temas de vital importancia para el planeta, como la energía nuclear.
Así, la organización fue creciendo a partir de entonces. Ya en 1981, se creó un pequeño Secretariado Internacional, iniciado en sus inicios por voluntarios, que rotaban de país en país. Más tarde, se eligió a un Comité Ejecutivo para supervisar que se cumplían todas las decisiones sobre los distintos asuntos tratados en las reuniones. 5 años después, la Asamblea General Anual se organizó por una organización del Sur por primera vez, Malasia, y los miembros europeos de los Amigos de la Tierra ya tenían un órgano de coordinación regional propio.
Después, se acordó la intensificación de la cooperación internacional con la creación de una agenda en la que se acordaran puntos de actuación comunes. Esta práctica ha llegado hasta hoy, momento en el que los grupos miembros de los Amigos de la Tierra han llegado hasta 73, realizando todos ellos campañas de carácter local, nacional e internacional para proteger el medio ambiente y crear sociedades sustentables. Por otra parte, los miembros de esta ONG han superado los dos millones, los grupos activistas locales han alcanzado los 5000, y hasta 1200 personas se emplean gracias a los 73 grupos.
Actualmente, la organización de Amigos de la Tierra es profundamente democrática: cada dos años, los miembros deciden en un encuentro general las políticas y las actividades de la Federación, con todos y cada uno de ellos manteniendo la misma voz y voto. La Asamblea elige a un Comité Ejecutivo y confirma a los coordinadores internacionales de los programas.
Las líneas de actuación de esta organización son muy variadas. Según ella misma, tienen varios puntos focalizados: la movilización masiva en todo el planeta para concienciar al mundo sobre los problemas medioambientales, la creación de escuelas de la sustentabilidad en África, y más concretamente en Nigeria, la lucha contra la energía nuclear en Asia Pacífico, la creación de una infraestructura de combustibles fósiles en Europa, para regular su uso y luchar contra el cambio climático, o una batalla a gran escala contra la contaminación, y más concretamente contra los residuos plásticos en los océanos. A ello hay que añadir otras luchas de carácter social, que la organización lleva por bandera, como el feminismo y la justicia de género, entre otras.
Por último, hay que destacar cómo se financia esta organización. Según la ONG, en 2019, ingresaron 2.842.249 de euros, de los cuales el 72 por ciento provenía de subvenciones, el 20 por ciento de cuotas de membresía y un 1 por ciento de donaciones. Los gastos, superiores, de 2.995.008 euros, fueron de programas (45%), de apoyo a miembros y regiones (34%), de administración (8%), de búsqueda de fondos (7%) y de gobernanza (6%).